Christian Rojas Linares no puede terminar de rellenar sus formularios de ayuda financiera porque está recibiendo un sinfín de mensajes de error. El estudiante de último curso de secundaria de Nueva York ha recibido incluso correos electrónicos incorrectos que le decían que su solicitud había sido cancelada.
En Filadelfia, Yasmeen Mutan tuvo más suerte: sólo tardó una hora en rellenar el formulario. Pero el gobierno federal ha sido tan lento a la hora de procesar y comunicar sus datos que, cuatro meses después, aún no sabe cuánto recibirá en ayuda financiera. Sin eso, no puede decidir a qué universidad ir. Y eso significa que tampoco puede solicitar ayuda financiera del estado.
“Me conecto cada un par de días, sólo para asegurarme de que no me he perdido nada”, dijo Mutan. “Es que no sé qué hacer”.
Ante la inminente finalización de los plazos para tomar una decisión universitaria, miles de estudiantes de último curso de secundaria se han quedado en un limbo debido al fallido lanzamiento de la nueva Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés).
Se suponía que la denominada FAFSA Mejorada (Better FAFSA) simplificaría la gestión de la ayuda financiera para los estudiantes. Sin embargo, los errores han sido tantos y tan graves que los consejeros de secundaria y los defensores del acceso a la universidad temen ahora que estudiantes con mucho futuro de la promoción de 2024 acaben por no ir a la universidad.
Desde finales de marzo, un poco más de un tercio de los estudiantes de último curso de secundaria han completado con éxito el formulario FAFSA, según los datos de la Red Nacional de Acceso a la Universidad. En años previos, a esta altura casi la mitad de los estudiantes de último curso ya lo habrían hecho. Los estudiantes que completan el formulario FAFSA tienen muchas más probabilidades de ir a la universidad, por ende los bajos índices de estudiantes que han completado el formulario FAFSA es preocupante por su impacto a largo plazo en la clase que se gradúa este año.
Y la disminución documentada por la red es notablemente mayor en las escuelas que tienen muchos alumnos con familias de bajos ingresos y estudiantes de color.
Restringir las oportunidades de ayuda financiera crea “enormes problemas”, afirmó CJ Powell, director de incidencia política de la Asociación Nacional de Orientación para la Admisión a la Universidad, especialmente para los estudiantes cuyas familias tienen menos recursos. Estos estudiantes, que suelen ser estudiantes de color e hijos de inmigrantes, dependen especialmente de las becas Pell y otras modalidades de ayuda para poder pagar la universidad. Y cuando retrasan la universidad, dijo Powell, tienen menos probabilidades de acudir a ella.
“Que la gente se vaya me mantiene despierto por la noche”, dijo Bill Wozniak, vicepresidente de comunicaciones y servicios estudiantiles de INvestED, una organización sin ánimo de lucro que promueve la educación terciaria en Indiana. “Las personas que son más vulnerables y hacen todo bien y no les está yendo bien, eso sí me preocupa”.
Una avalancha de problemas con el nuevo formulario de FAFSA
No debía ser así.
Completar el formulario de FAFSA es la puerta de entrada a subvenciones, becas y préstamos subvencionados que hacen que la universidad sea asequible para millones de estudiantes. Durante muchos años, los estudiantes y los padres decían que el formulario era complicado y estresante.
En el 2020, el Congreso aprobó una ley para simplificar el formulario, con muchas menos preguntas y mucha información financiera de la familia extraída directamente de las declaraciones de impuestos que el gobierno federal ya tiene. Pero la transición resultó ser mucho más difícil desde el punto de vista técnico de lo previsto y recayó en un Departamento de Educación de Estados Unidos que también tenía la responsabilidad de supervisar unos complejos programas de cancelación de la deuda estudiantil, según varios informes.
El lanzamiento del nuevo formulario se retrasó y, cuando por fin estuvo disponible en línea a finales de diciembre, estaba repleto de fallos técnicos.
Los estudiantes de familias de estatus mixto, familias en las que uno o ambos padres no tienen número de Seguro Social, se enfrentaron a algunos de los obstáculos más grandes. Las alternativas que estos estudiantes han utilizado durante años, como introducir todos los ceros en lugar del número del Seguro Social, ya no funcionaban. Y durante semanas no hubo forma de que estos estudiantes - la mayoría ciudadanos estadounidenses - añadieran la información financiera de sus padres.
En marzo, el departamento de educación anunció que el problema se había solucionado. Pero muchos estudiantes todavía encuentran problemas incluso al intentar verificar la identidad de sus padres.
Es el caso de varias alumnas de Danielle Insel en el Instituto de la Asamblea Urbana de Matemáticas y Ciencias para Mujeres Jóvenes de Brooklyn. Siguen “dando vueltas para conseguir que se reconozca la identidad de sus padres y así poder rellenar la sección de padres de FAFSA”, explica Insel, directora de preparación postsecundaria de la escuela.
“Después de cinco, seis, ocho intentos, quieren darse por vencidas”, dijo. Las estudiantes ya se lo están diciendo, a veces en broma y otras no tanto: “No voy a ir a la universidad, no voy a recibir ayuda financiera”.
“Es desmotivante, frustrante, y sí, puedo ver que tiene una relación directa con una disminución de las inscripciones. Si no la inscripción, sí la matriculación”, añadió.
En grupos de chat y foros, los orientadores universitarios intercambian consejos para que los estudiantes superen los obstáculos técnicos. A veces suenan como trucos de videojuegos retro.
Hace poco, en la escuela secundaria West High School de Denver, Federico Rangel, orientador universitario de la Fundación de Becas de Denver, compartió un truco con el estudiante René Torres, que recibía un mensaje de error cada vez que intentaba añadir a sus padres a su cuenta, un paso necesario.
“Pulsas dos veces el botón de retroceso”, le dijo Rangel a Torres. “Debería llevarte de vuelta a la página original y entonces podrás avanzar. Entonces debería permitirnos hacer la cuenta”.
Al principio, el truco no funcionó, pero entonces a Torres le apareció una pantalla distinta.
“Oh,” dijo Rangel. “Estás en la página de verificación de identidad”.
“Es un paso en la dirección correcta”.
Muchos estudiantes no tienen paquetes de ayuda financiera
El departamento federal de educación también ha tardado en compartir los datos de los estudiantes con las universidades y recientemente anunció que volvería a procesar muchos formularios para corregir discrepancias en los datos fiscales. La publicación “Crónica de la Educación Superior” informó de que los gestores de ayuda financiera de las universidades están notando muchos errores, lo que provoca más retrasos y frustraciones. Las universidades no quieren enviar paquetes de ayuda financiera que luego tengan que modificar.
En un año normal, los estudiantes recibían los paquetes de ayuda financiera junto con las cartas de admisión de las universidades y tendrían semanas o meses para comparar las ofertas y considerar sus opciones. Este año, los estudiantes reciben cartas de admisión de las universidades, pero en la mayoría de los casos no reciben los paquetes de ayuda financiera.
“Los estudiantes deciden a dónde ir y si ir o no basándose en los paquetes de ayuda financiera”, dijo Bill DeBaun, director senior de datos e iniciativas estratégicas de la Red Nacional de Acceso a la Universidad. “Están mirando estas opciones diferentes sin tener idea de cuáles son accesibles para ellos”.
Para los consejeros, esto significa que todavía están trabajando con los estudiantes de último año en lugar de empezar a trabajar con los estudiantes de tercer año en sus composiciones universitarias como lo harían normalmente. Es más difícil organizar eventos presenciales para “llenar el formulario FAFSA” cuando las familias se marchan frustradas. Y darle el seguimiento a los distintos plazos se ha convertido en un dolor de cabeza.
Para los estudiantes, no poder decidirse por una universidad puede retrasar o complicar otras decisiones.
Mark Stulberg, director de orientación universitaria en la escuela secundaria Lincoln Park de Newark, dijo que los intentos de los estudiantes para conseguir un lugar en donde vivir, pasantías y otros aspectos de la vida universitaria para el próximo año están todos “casi como en pausa en este momento.”
Lincoln Park forma parte del sistema de escuelas chárter de la Academia Estrella del Norte (North Star Academy Charter School system), donde la mayoría de los alumnos son negros y proceden de familias de bajos ingresos. Las escuelas hacen hincapié en el ingreso a la universidad desde el kinder.
Este año, el 85% de los estudiantes han completado el formulario FAFSA, un porcentaje muy por encima del promedio estatal, pero todavía es un 5% a 10% menor que en un año típico de Estrella del Norte.
Stulberg dijo que los maestros y consejeros están haciendo todo lo posible para animar a los estudiantes que sean pacientes y vean los retrasos como un obstáculo relativamente pequeño en un largo viaje. Por ahora, las familias están siguiendo el proceso.
Sin embargo, le preocupa que algunos de sus alumnos “hayan dedicado los últimos 10 a 12 años de su vida para prepararse y tener éxito en la universidad”, sólo para elegir otro camino que no los conducirá al éxito cómo puede hacerlo la educación terciaria.
Los consejeros les dicen a los estudiantes: céntrense en los objetivos a largo plazo
Wozniak, de Indiana, dijo que su equipo de orientadores universitarios, que atienden las líneas directas y participan en eventos, quiere que los padres y los estudiantes sepan que no están solos y que no es culpa suya. Muchas universidades y sistemas estatales de ayuda financiera están retrasando los plazos para adaptarse a los retrasos, y las ofertas de ayuda financiera llegarán luego.
Powell dijo que los consejeros pueden ayudar a los estudiantes a solicitar otras becas mientras esperan, o repasar cómo leer una oferta de ayuda financiera para que puedan comparar opciones en un tiempo reducido.
Rojas Linares intenta ser optimista. Ha sido aceptado a varias universidades públicas y privadas, aunque está en un limbo hasta que pueda enterarse de sus becas Pell, programa de trabajo y estudio, préstamos federales y su beca a través del Programa de Asistencia para Matriculación del Estado de Nueva York.
“¿Cuánto más tenemos que esperar para conocer los resultados de la ayuda financiera?” se pregunta Rojas Linares. “Sólo espero que todo esto termine para no tener que estresarnos más”.
Mutan está decidida a ir a la universidad, pero es posible que tenga que esperar un año si no recibe pronto información sobre la ayuda financiera. Sus padres son inmigrantes palestinos que hablan árabe y poco inglés, y su padre es el único sustento de la familia. No quiere presionar económicamente a sus padres ni endeudarse.
“Quiero ser capaz de poder pagar la universidad, y FAFSA es gran parte de ello”, dijo.
Traducido por Flavia Melisa Franco
Amy Zimmer y Michael Elsen-Rooney, ambos periodistas de Chalkbeat, basados en Nueva York, Catherine Carrera, basada en Newark, Carly Sitrin, basada en Filadelfia, y Jason Gonzales, basado en Colorado, contribuyeron a la redacción de este artículo.
Erica Meltzer es la editora nacional de Chalkbeat y está basada en Colorado. Puede ponerse en contacto con ella enviando un mensaje a emeltzer@chalkbeat.org.