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Michelle Chambers tuvo un maestro de octavo grado que la empujó a inscribirse en un programa avanzado de secundaria. En noveno grado, tras meses de lucha, otro maestro le insistió que se rindiera.
Pero Chambers no lo hizo. En cambio, fue una de las 35 estudiantes que completaron el programa, convirtiéndose más tarde en la primera de su familia en graduarse en la universidad.
“Entiendo... cómo se sintió que un maestro creyera en mí y lo que sentí al esforzarme más allá de lo que imaginaba”, dijo Chambers, ahora subdirectora del programa de primaria en línea en el Distrito Escolar de Cherry Creek, al sureste de Denver.
Chambers, una de las dos administradoras nombradas como Asistente de Director de Escuela Primaria del Año 2021 en Colorado, ayudó recientemente a iniciar un programa de mentoría para otras líderes educativas latinas a través de la Asociación de Administradores y Superintendentes Latinos de Colorado.
Ella habló con Chalkbeat sobre cómo la pandemia cambió las relaciones entre padres y maestros, por qué el aprendizaje en línea perdurará, y qué consejo de su mentor ella tomó muy en serio.
Esta entrevista ha sido levemente editada para acortarla y hacerla más precisa.
¿Cuál fue su primer trabajo en educación y qué despertó su interés por este campo?
De niña, invitaba regularmente a mis primos a “jugar” a la escuela, y yo era siempre la maestra. Mi maestra de primaria favorita fue la Sra. Lane. Ella hizo que el segundo grado fuera tan mágico que recuerdo haber llorado al tener que dejar su salón para ir al tercer grado. Esta maestra fue tan influyente que cuando di clases en segundo grado, hice muchas de las mismas actividades, incluido leer Charlie and the Chocolate Factory, ver la película original para celebrar, y hacer barras de chocolate individuales con un auténtico billete dorado para cada estudiante.
Mi primer trabajo en educación fue como maestra de segundo grado en el Distrito de Cherry Creek. Luego fui maestra de cuarto grado, especialista en el programa Gifted and Talented (para estudiantes brillantes y talentosos), entrenadora de diferenciación en primaria y asistente de director de escuela.
¿Qué le llevó a ser la primera de su familia en graduarse de universidad? ¿Qué desafíos enfrentó en el camino?
Aunque me encantaba aprender, no me resultaba fácil. También sentía ansiedad por los exámenes. Desde Kinder hasta la secundaria, tomé los cursos básicos, a menudo necesitaba apoyo adicional y obtuve bajas calificaciones en los exámenes estandarizados. Durante el octavo grado, mi maestro de estudios sociales vio algo en mí y me propuso para el programa de IB, o Bachillerato Internacional. Para mi sorpresa, me aceptaron.
Durante mi primer año, tuve problemas con el álgebra. Por meses iba a la oficina de mi maestro todos los días a la hora de la comida. También pasaba cuatro horas cada sábado en un Sylvan Learning Center. Después de ocho meses, mi maestra de matemáticas me dijo que, aunque me esforzaba, no creía que tuviera lo que se requiere para completar su curso o el programa de IB. Me dijo: “No puedes hacerlo, y deberías renunciar.”
Pero en lugar de renunciar, perseveré. El verano siguiente me matriculé en un curso de álgebra en una universidad comunitaria local y adquirí los conocimientos necesarios para continuar. Mi grupo de IB fue el primero de mi preparatoria, y empezó con 75 estudiantes de noveno grado. Yo estuve entre los 35 que se graduaron de esa primera cohorte. Como resultado de mis experiencias, entiendo lo que es luchar, lo que se siente cuando un maestro cree en ti, y lo que se siente al esforzarte más allá de lo que imaginabas.
Bajo su liderazgo, el Distrito lanzó una nueva escuela primaria en línea. Los estudiantes más pequeños a veces tienen problemas para aprender a distancia, ¿cómo resolvieron eso?
El verano pasado, miles de familias seleccionaron que sus hijos asistieran a la escuela en línea. Rápidamente nos dimos cuenta de que todos los estudiantes, especialmente los de primaria, participaban más durante las lecciones interactivas que tenían conexiones personales y basadas en el mundo real. Como resultado, empezamos a investigar aplicaciones que los maestros pudieran utilizar para asegurar que los estudiantes tuvieran oportunidad de compartir lo que piensan y tener voz. En general, nuestros estudiantes de primaria han mostrado una increíble disposición para aprender en línea.
¿Hay alguna lección a distancia que hayas visto a un maestro dar en línea que te pareció especialmente creativa o innovadora?
Para hacer que una lección sobre los enlaces numéricos (operaciones sencillas de suma) fuera divertida y atractiva para los estudiantes de Kinder, una maestra creó un “monstruo” de enlaces numéricos Como recompensa, los estudiantes fueron invitados a ayudar a la maestra seleccionando diferentes números para “darle de comer al monstruo” Mientras la maestra le daba de comer al monstruo, los estudiantes y ella hacían los sonidos del monstruo al comer. Todos, hasta yo misma, nos reímos mirando al monstruo comer los números.
En un ambiente en línea, los padres o cuidadores pueden escuchar las lecciones de sus hijos. ¿Cuál es el impacto de esto?
Uno de los muchos regalos de este año escolar fue lo mucho que cambió la relación entre los educadores y los padres para convertirse en una verdadera colaboración. En lugar de reunirse únicamente durante las reuniones programadas de padres y maestros, muchos de ellos encontraron tiempo, por la flexibilidad del horario en línea, para reunirse cuando fuera necesario durante todo el año escolar. Las reuniones entre padres y maestros también eran diferenten en línea, ya que muchos padres estaban familiarizados con la instrucción diaria y ayudaban a sus hijos a completar las tareas.
¿Cree que la educación será diferente después de la pandemia? Y si es así, ¿cómo?
Creo que el aprendizaje en línea y mixto formará parte de nuestro mundo de alguna manera. Muchos educadores y familias han mencionado lo mucho que les gusta la flexibilidad que les ofrece el aprendizaje en línea. Los maestros y padres han comentado que disfrutan cómo sus hijos pueden concentrarse en el aprendizaje con menos oportunidades de exhibir comportamientos sociales que interrumpen la clase.
Cuéntenos un momento memorable -bueno o malo- en el que el contacto con la familia de un estudiante cambió su perspectiva.
Como educadora principiante, me enfoqué en establecer relaciones significativas con los estudiantes dentro de las paredes del salón. Pronto descubrí que mis relaciones con las familias de los estudiantes eran fundamentales. Después de conocer y pasar tiempo con la familia de un estudiante de cuarto grado durante las reuniones para establecer objetivos, en las conferencias de padres y maestros, y mientras el estudiante asistía a sus actividades extracurriculares, encontré maneras de apoyar a toda la familia. También fui maestra de su hermano menor, invité a su hermana mayor a completar sus horas de trabajo voluntario en mi clase y ayudé a su mamá a explorar oportunidades profesionales.
¿Qué estás leyendo en tu tiempo libre?
Como delegada de Cherry Creek ante la Asociación de Administradores y Superintendentes Latinos de Colorado, participo en un grupo de líderes latinos. El grupo está leyendo el libro “The Power of Latino Leadership” de Juana Bordas. El contenido incluye aprender más sobre principios de liderazgo culturalmente específicos, como por ejemplo, Conciencia - conocerte a ti mismo y estar consciente de tu realidad; De Colores - inclusión y diversidad; Juntos - cuidar a comunidad colectivamente; y Gozar la Vida - liderazgo que celebra la vida.
¿Cuál es el mejor consejo sobre liderazgo educativo que ha recibido?
Cuando estaba adquiriendo confianza para compartir mi voz como educadora, un querido mentor compartió unas sencillas pero profundas palabras de sabiduría: “Michelle, sólo recuerda que si nadie lo dice, ¿quién lo hará?”
A partir de ese momento, juré que utilizaría mi voz para defender a los estudiantes, al personal y a las familias. Poco después, me encontré en una reunión de equipo en la que se debatía sobre el rigor de la enseñanza. Expresé mi convicción de que podíamos ofrecer más profundidad y complejidad, y que los estudiantes son capaces de cumplir nuestras expectativas. Aunque algunos de mis colegas decían que ya estamos haciendo suficiente y que ya le damos a los estudiantes todo lo que pueden recibir, yo seguí defendiendo mi postura de que todavía hay oportunidad para ofrecerle una mejor educación a cada estudiante.
Traducción por Milly Suazo