Chalkbeat Colorado es un noticiero local sin fines de lucro que informa sobre las escuelas públicas en Denver y otros distritos. Suscríbete a nuestro boletín gratis por email en español para recibir lo último en noticias sobre educación.
Cuando Martha Urioste visitaba las escuelas de Denver como defensora de la educación bilingüe, con frecuencia se acercaba a los estudiantes para decirles algo que su abuela le dijo a ella.
“No dejes tu español”.
Sus esfuerzos con el Congreso de Educadores Hispanos de Denver ayudaron a establecer programas bilingües que, con el paso de las décadas, beneficiaron a miles de niños en Denver. Urioste, que fue maestra y luego directora, también trajo la educación Montessori a las escuelas públicas de Denver, empezando en una comunidad en la que la mayoría de los estudiantes eran de familias negras y latinas de pocos ingresos.
Urioste falleció el 8 de diciembre, a la edad de 85 años, y siempre estaba pensando en la educación. Su amiga y colega Kathy Escamilla la visitó en el hospital un par de días antes, y dice que Urioste le pidió que le contara las últimas novedades en las escuelas de Denver.
“Se la pasaba instigando cosas buenas”, dijo Darlene LeDoux, educadora latina desde hace mucho tiempo que ahora trabaja en la oficina del ombudsman de las Escuelas Públicas de Denver, y que conoció a Urioste por décadas. “Siempre estaba asegurando que siempre fuéramos más lejos, hiciéramos más y nos esforzáramos más por los niños.”
Según su obituario y las personas que hablaron en su servicio de recordación esta semana, Urioste nació en Nuevo México y se mudó a Denver cuando era adolescente. Después de graduarse de universidad en 1958, inició una carrera como maestra de primer grado en la Escuela Primaria Gilpin, que ya está cerrada. Urioste fue maestra de primaria y de intermedia, y hasta dio clases de español para el distrito en la televisión pública.
Obtuvo dos maestrías y un doctorado, y con el tiempo llegó a ser directora asistente en la Escuela Secundaria North y luego directora de la Escuela Primeria Mitchel en el noreste de Denver a mediados de la década de 1980. Un tribunal federal ordenó que el Distrito de Escuelas Públicas de Denver dejara de segregar sus escuelas, pero la migración de estudiantes blancos a los suburbios y a las escuelas privadas hizo más difícil que la Mitchell y un par de escuelas más pudieran cumplir la cuota de estudiantes blancos ordenada por el tribunal.
En un breve documental producido por la ciudad como parte de la serie “I Am Denver”, Urioste contó: “Nos dijeron, ‘¿Qué van a hacer para asegurar que niños blancos y niños de clase media se suban a un autobús y vayan al noreste de Denver?’”
Urioste eligió la educación Montessori, que en ese momento no estaba disponible en ninguna de las escuelas públicas de Colorado. Fue a Roma a estudiar el currículo, que alienta a los niños a trabajar de manera independiente en tareas prácticas y aprender de los demás en salones de clase con niños de múltiples edades.
En su velorio, su amiga Erlinda Archuleta recordó cómo la maleta de Urioste se abrió cuando salía del vuelo de regreso a Denver.
En vez de recoger su ropa, Urioste le dijo a su hermano (que había ido al aeropuerto a buscarla): “‘¡Encontré la solución! ¡Montessori!’”, contó Archuleta. “Lo menos que le importaba era su ropa.”
La hija mayor de Honey Niehaus estaba en Kinder el primer año que se ofreció Montessori en la Mitchell. El programa era maravilloso, dijo ella. No obstante, Urioste y otros notaron que los estudiantes blancos estaban progresando más rápido que los de minorías, dijo Niehaus — una desigualdad que Urioste quería eliminar estableciendo un programa Montessori para bebés y niños pequeños.
Un edificio abandonado al frente de la escuela Mitchell fue la oportunidad. Niehaus miró adentro un día y le preocupó lo que vio. Dice que corrió a la oficina de Urioste y le preguntó a la directora qué iba a hacer con respecto a las actividades de drogas al otro lado de la calle.
“Ella me miró y dijo, ‘Cariño, ¿qué vas a hacer tú al respecto?’”, nos contó Niehaus. “Dondequiera que iba, conseguía más personas para el sistema. Siempre que conocía gente que auténticamente se preocupaba por los niños y la educación, ella los apoyaba”.
Con ayuda de los líderes de la comunidad, políticos y voluntarios, Urioste y otros compraron el edificio y lo transformaron en Family Star, una escuela Montessori de niñez temprana que abrió sus puertas en 1991. La escuela capacitó a las mujeres de la comunidad para ser las primeras maestras. Más tarde, Niehaus fue la directora ejecutiva.
Más de 30 años después, Family Star tiene dos escuelas en Denver y las Escuelas Públicas de Denver cuentan con cinco escuelas Montessori. A Urioste se le conoce como “La Madrina de Montessori”. El programa original de la escuela Mitchell ahora está en la Denison.
Además de ser la pionera de Montessori, Urioste fue miembro del Congreso de Educadores Hispanos (CHE), que demandó a las Escuelas Públicas de Denver por su tratamiento de los estudiantes que hablan español. La demanda resultó en el decreto modificado actual de consentimiento, que requiere que el distrito proporcione educación bilingüe para los estudiantes cuyo primer idioma es el español.
Urioste fue miembro del CHE por 50 años. Escamilla, que se unió al grupo en la década de 1990, dijo que aparte de por su defensa de la educación bilingüe, Urioste también será recordada por ser mentora de los maestros más jóvenes, a quienes alentaba a obtener diplomas de educación avanzada y ser líderes.
Carrie Olson, miembro del Consejo Escolar, fue contratada por Urioste como maestra bilingüe de primer año en la Mitchell en 1985. Olson recuerda cómo Urioste la encontró llorando un día en su salón de clases.
“Entró, me tomó de las manos y dijo, ‘Carrie, vas a ser una maestra excelente. No te puedes dar por vencida. No puedes dejar de ayudar a estos niños’”, dijo Olson en el evento de recordación.
Otros dijeron que Urioste tenía un excelente sentido del humor. Era bien fanática de los Denver Broncos, le encantaba jugar en las máquinas tragamonedas, y era una “bonafide groupie de Cher” que solía viajar a Las Vegas con su hermano Richard para ver a la cantante en concierto, dijo Archuleta.
Craig Peña, cuyo padre Robert trabajó junto a Urioste en el CHE, dijo que la recordaba como “una mujer increíblemente capaz, increíblemente atenta, sumamente amable y bien cariñosa.
“Pero tampoco era alguien que se dejara manipular”, dijo. “No se puede confundir la amabilidad y gentileza por debilidad”.
Melanie Asmar es reportera sénior de Chalkbeat Colorado y cubre historias sobre las Escuelas Públicas de Denver. Para comunicarte con Melanie, envíale un mensaje a masmar@chalkbeat.org.