Escuchar, ser paciente con las emociones de los niños, y asegurar que no sientan que es por culpa de ellos: Ofrecer ese tipo de apoyo ayudará a los niños a adaptarse a un cierre de escuela, según los padres de Jeffco que ya han pasado por uno.
“Yo traté de que supiera que ‘sabemos que los cambios no te gustan, pero esta escuela se convertirá en tu hogar’”, nos contó Jamie Camp. Eso fue lo que ella le dijo a su hijo de tercer grado cuando su escuela, la Escuela Primaria Fitzmorris, iba a ser cerrada en la primavera de 2021 y él tendría que cambiar a una escuela nueva. “Hay que ser paciente. Ellos van a expresar su frustración. Eso hizo nuestro hijo. Son ellos tratando de procesarlo todo.”
El distrito escolar Jeffco se está preparando para ayudar a miles de estudiantes a despedirse de sus escuelas primarias cuando termine este año escolar. Se espera que en noviembre la junta apruebe una recomendación de cerrar 16 escuelas, casi una de cada cinco sus escuelas primarias
En los últimos dos años, el distrito de repente cerró dos escuelas primarias que los líderes dijeron que ya no eran sostenibles. Ahora, siguiendo un plan más extenso, los líderes del distrito quieren reducir l cantidad de escuelas pequeñas dándoles más aviso previo a los padres.
Chalkbeat habló con los padres de niños que asistieron a las dos escuelas cerradas anteriormente para saber qué cosas funcionaron, qué no funcionó, y qué consejos tienen para las familias que ahora están enfrentando un cierre. A continuación, puedes leer lo que ellos piensan, y también las respuestas a algunas preguntas de los padres.
¿Por qué el distrito está cerrando escuelas?
¿A dónde irán los estudiantes?
¿Algún consejo sobre cómo despedirse y luego prepararse para la escuela nueva?
¿Qué fue difícil en la transición, y cómo pueden los padres manejar los retos?
¿Qué cosas fueron positivas durante el cambio a una escuela nueva?
¿Por qué el distrito está cerrando escuelas?
Al igual que muchos otros distritos escolares, Jeffco lleva muchos años con cada vez menos estudiantes. Esto ha resultado en que muchas escuelas tienen muy pocos estudiantes. Los distritos escolares, y por ende las escuelas, reciben dinero del estado según la matrícula. La mayoría de las escuelas que están en la recomendación de cierre tienen menos de 220 estudiantes o están usando menos de un 45% del espacio en su edificio. El distrito dice que les está proporcionando a estas escuelas dinero adicional a la asignación por estudiante, pero que de todos modos no pueden ofrecer los mismos programas que otras escuelas más grandes y con más estudiantes pueden costear.
¿A dónde irán los estudiantes?
Por cada escuela que va a cerrar, el distrito ha designado otra que cubrirá su área geográfica y se convertirá en la nueva escuela de esa comunidad. No obstante, las leyes de Colorado permiten que los padres puedan seleccionar otras escuelas. Jeffco abrirá la matrícula en diciembre para los padres que quieran matricular a sus hijos en otras escuelas fuera de su área geográfica.
El hijo de Rosa Melaragno asistió a la Escuela Primaria Allendale hasta que cerró en 2021. En vez de matricularlo en la escuela que el distrito sugirió, ella optó por hacerlo en la Escuela Primar Fitzmorris porque quedaba más cerca de su hogar. En la primavera, el distrito cerró esa escuela también. Ahora ella piensa que va a ser mejor seguir la recomendación del distrito.
“Aunque creas que va a ser terrible, a la larga podría ser mejor para el estudiante”, dijo Melaragno.
Otros padres que matricularon a sus hijos en la escuela sugerida por el distrito dijeron que lo hicieron porque vieron otros beneficios. Por ejemplo, algunos de los maestros se fueron a esa misma escuela. Otros querían que sus hijos tuvieran compañeros de clase conocidos o que pudieran recibir el apoyo del distrito para los estudiantes transferidos.
Lara Wiant, directora de la Escuela Primaria Campbell, dijo que cuando recibió estudiantes de Allendale, creó el título de ‘estudiantes embajadores’ y les asignó uno a cada estudiante desplazado para ayudarles a navegar la escuela y tener con quien sentarse a comer al mediodía.
Christopher Benisch, director de la Escuela Primaria Lawrence (que recibió a muchos de los estudiantes de Fitzmorris) dijo que él asignó los salones de clase este año de manera que cada estudiante proveniente de Fitzmorris tuviera en su salón por lo menos otro estudiante de la misma escuela.
Benisch sugirió que, al momento de evaluar sus opciones, los padres piensen en qué oportunidades desean para sus hijos y que dediquen tiempo para aprender acerca de los diferentes programas ofrecidos por las escuelas. Eso significa preguntar, por ejemplo, si las escuelas tienen programas después de clases, laboratorios del programa STEM, o apoyos de salud mental.
¿Algún consejo sobre cómo despedirse y luego prepararse para la escuela nueva?
Cuando Fitzmorris estaba cerrando, la escuela hizo una barbacoa e invitó a los empleados de Lawrence, la escuela que iba a recibir a la mayoría de los estudiantes.
Los padres dicen que eso les ayudó a despedirse de su comunidad. Sin embargo, a algunos les hubiese gustado tener oportunidad para también conocer a las familias de la escuela nueva.
Michelle Miley, cuyo hijo estaba en Fitzmorris pero se transfirió a la Escuela Primaria Stott para aprovechar su programa para estudiantes autistas, dice que le hubiese gustado que los eventos de ese tipo incluyeran a las familias como la de ella.
Este año, como en el pasado, el distrito moverá a los estudiantes de muchos de los programas especiales de las escuelas que cerrarán a otras escuelas diferentes a las que asistirán los estudiantes del programa regular. El distrito dice que esto se debe, en parte, a problemas de espacio. Para ofrecerles estabilidad a esos estudiantes, el distrito va a mover el personal del programa junto con los estudiantes.
Pero para estudiantes como el hijo de Miley, que pasaba tres cuartas partes de su día en los salones de educación general, separarse de esos compañeros hizo que la familia se sintiera excluida.
Cuando su hijo empezó la escuela este otoño, sintieron que ni él ni la familia conocía a nadie.
“Sentimos que simplemente nos tiraron ahí”, dijo Miley. “Ahora espero que traten de juntar a las comunidades escolares antes de cerrar las escuelas. Solo para que la gente se familiarice”.
Muchos padres dicen que algo que les pareció útil fue que sus hijos visitaran los patios de las escuelas.
Maureen Bricker cuida a sus dos nietas, una de cuarto y otra de primer grado, y ambas eran estudiantes de la Primaria Fitzmorris. Después de que la escuela cerró, Bricker hizo arreglos para que las niñas jugaran con sus amigas en el patio un par de veces.
“Pensé que era buena idea dejar que jugaran como antes, y lo haremos otra vez mientras nos lo permitan”, dijo Bricker.
Melaragno dijo que ella trató de coordinar un día de juego durante el verano para su hijo, a quien le toma mucho tiempo acercarse a otras personas, pero que no obtuvo respuesta de los demás padres. Ella opina que quizás hubiese sido más fácil si el distrito ayudaba.
Por lo tanto, ella empacó una merienda y llevó a su hijo a la escuela nueva durante el verano y le permitió que jugara en el patio nuevo.
“Lo hice simplemente para que se familiarizara físicamente con la escuela, para que la conociera”, dijo Melaragno. “Que se acostumbrara al viaje en auto y al paisaje. Y también para yo dedicarle ese tiempo”.
¿Qué fue difícil en la transición, y cómo pueden los padres manejar los retos?
Los padres dijeron que batallaron para ajustarse al horario de comienzo, que era bastante diferente, y a los puntos de dejar y recoger a los estudiantes porque el tráfico era mucho más pesado. Los padres esperan que, con más tiempo para planificar, los líderes escolares pueden reducir el estrés asociado con esos cambios.
Ellos indicaron que una de las cosas más útiles fue comunicarse claramente con sus hijos y decirles que no es su culpa que tengan que cambiar de escuela.
Melaragno dijo que su esposo notó que el niño había sentido que era culpa suya que dos de sus escuelas cerraran.
“Tomen la iniciativa y explíquenles a sus hijos que no es culpa de ellos”, dijeron los Melaragno. “Sobre todo a los niños que quizás no expresen lo que sienten. Mi hijo es así. Si está triste por algo, a veces llora, pero luego dice ‘estoy bien’, aunque no lo esté”.
Camp dijo que su hijo sintió que sus padres no hicieron nada por salvar su escuela. Ella nos dijo que no sabe a ciencia cierta cómo los padres podrían comunicarles a sus hijos que abogaron por ellos, y a la vez reconocer que no hay nada que puedan hacer para detener los cierres.
Sobre todo, dijo ella, los padres necesitan escuchar lo que sus hijos necesitan y cómo se están sintiendo.
¿Qué cosas fueron positivas durante el cambio a una escuela nueva?
Muchos padres dijeron que sí hubo beneficios en las escuelas nuevas, entre ellos más amigos, programas más variados, y salones de clase de un tamaño más apropiado.
En la Fitzmorris, el hijo de Miley estaba en un salón combinado con más de 30 estudiantes. En la escuela nueva hay suficientes fondos para dos maestras, y por eso casa salón tiene unos 18 estudiantes.
En la escuela anterior, el hijo de Melaragno había sido uno de solo dos varones en su grado. Ahora puede interactuar y aprender con muchos más varones.
Los padres también dicen que es importante pedir ayuda.
Por ejemplo, Brickner dijo que un día el mes pasado, cuando su nieta menor estaba teniendo dificultades en la mañana (lloraba y no quería ir a la escuela nueva), ella le pidió a la escuela que enviaran un especialista en aprendizaje social y emocional a evaluarla. También fue de ayuda que el especialista ya conocía a la niña porque había trabajado en Fitzmorris antes de que la escuela cerrara.
“Traten de mantenerse positivos por ellos”, dijo ella. “Y pidan ayuda”.
Yesenia Robles es reportera para Chalkbeat Colorado y cubre asuntos relacionados con los distritos escolares K-12 y la educación multilingüe. Para comunicarte con Yesenia, envíale un mensaje a yrobles@chalkbeat.org.