Reginaldo Haro-Flores sabía que terminar la universidad iba a ser una batalla cuesta arriba.
Ya que fue el primero en su familia en asistir a la universidad, enfrentó desafíos para pagar la colegiatura, comprar libros y otros materiales y balancear un trabajo mientras seguía ayudando a mantener a sus padres, quienes cuestionaban el valor de una educación universitaria.
Haro-Flores se inscribió en la Universidad del Norte de Colorado (UNC, por sus siglas en inglés) en 2016, junto con una creciente cantidad de coloradenses latinos que se encaminaron a la universidad en la última década. Pero como muchos en su generación, Haro-Flores nunca completó sus estudios, lo cual contribuyó a una brecha persistente en la graduación universitaria.
Aunque un grupo más diverso de estudiantes se inscribió en la universidad, las brechas étnicas y raciales de Colorado entre los estudiantes con licenciaturas y estudios de posgrado casi no cambió entre 2010 y 2020, según datos del Censo.
Las brechas son aún mayores entre las personas que están cursando estudios superiores. En 2020, casi el 60 por ciento de los residentes blancos tenía algún tipo de certificación universitaria, incluidos certificados industriales. Pero solo el 38 por ciento de los residentes negros y 25 por ciento de los residentes latinos lo tenían.
Aunque otros estados también muestran brechas, el Estado Centenario cuenta con algunas de las mayores en el país entre los estudiantes negros y latinos y sus compañeros blancos.
La diferencia probablemente aumentará cuando el impacto total de la pandemia se entienda claramente debido a que estudiantes se salieron de la escuela o eligieron no seguir asistiendo a la universidad. Un mercado laboral próspero también ha causado que las personas se cuestionen si vale la pena endeudarse a largo plazo por un título universitario.
Haro-Flores nunca pensó que su experiencia imitaría estas tendencias estatales. En 2018, enfrentando dificultades para pagar la colegiatura, dejó de asistir a la universidad. El estatus migratorio de sus padres significaba que tenía pocas opciones para obtener asistencia financiera. Se volvió a inscribir en UNC en 2019, pero la pandemia lo obligó a salirse otra vez. No le gustaban las clases virtuales y quería encontrar un trabajo de tiempo completo para ayudar a sus padres, quienes habían perdido sus trabajos temporales en bodegas y viveros por recortes de personal.
Durante cierto tiempo, Colorado ha querido cambiar su estrategia de importar una gran cantidad de trabajadores con estudios universitarios para producirlos aquí mismo. Parte de su estrategia este año incluye invertir $49 millones de fondos de asistencia federal por la pandemia con el objetivo de ayudar a los residentes que nunca completaron sus estudios para que regresen a la universidad y se gradúen.
La necesidad es urgente, ya que la demanda de más trabajadores con capacitación universitaria, junto con el creciente costo de vida en Colorado, han complicado los esfuerzos de los empleadores para contratar y retener empleados.
El exsenador estatal Mike Johnston dijo que el estado ha dependido por mucho tiempo de atraer talento de otros lugares.
“Le hemos sacado provecho a esta estrategia lo más posible”, Johnston dijo. Johnston es presidente y director ejecutivo de Gary Ventures, una organización filantrópica dedicada a promover una mejor preparación escolar, el éxito entre los jóvenes y la movilidad económica.
“Ahora vamos a tener que equipar a nuestros propios jóvenes con las habilidades que necesitan para ingresar a los trabajos que tenemos, que les darán el ingreso que necesitan para pagar por la vivienda que tenemos”, dijo.
Los antiguos desafíos chocan con los nuevos
Chalkbeat Colorado examinó las tendencias de la asistencia a la universidad como parte de Chasing Progress, un proyecto de Colorado News Collaborative sobre la equidad social, económica y en salud de los coloradenses negros y latinos.
Las bajas tasas de asistencia a la universidad en Colorado tienen antecedentes profundos y causas complicadas. En general, solo la mitad de todos los graduados de high school se inscriben en la universidad. Los estudiantes negros y latinos que se gradúan de high school, quienes con frecuencia asisten a escuelas con menos recursos y reciben menos apoyo, asisten en porcentajes mucho menores. Cuando sí van a la universidad, muchos no completan sus estudios. Y, por años, el estado no ha invertido suficientes fondos en la educación superior, lo que significa que las universidades tienen menos dinero para apoyar a los estudiantes hasta que se gradúan.
Datos censales publicados este año muestran que en 2020 el 48 por ciento de los residentes blancos tenían una licenciatura o estudios de posgrado. Ese porcentaje es 21 puntos porcentuales mayor que el porcentaje de adultos negros y 31 puntos porcentuales mayor que el de los latinos.
Datos estatales muestran que esas desigualdades aumentan cuando se comparan otros tipos de estudios superiores, como los certificados industriales y títulos asociados.
Colorado está buscando apoyar a 700,000 residentes con estudios universitarios parciales pero sin un título para que regresen a la universidad.
La pandemia todavía presenta desafíos. A nivel nacional, la tasa de inscripciones en universidades se redujo en casi 1 millón de estudiantes desde que COVID empezó.
El estado necesitará convencer a más residentes de que los estudios universitarios importan, aunque trabajos de nivel básico ahora ofrecen salarios más altos que nunca.
Más gente se cuestiona si un título universitario vale la pena y el riesgo de endeudarse mucho para pagarlo, dijo Iris Palmer, subdirectora de colegios comunitarios en New America. Este instituto de investigaciones aboga a favor del acceso equitativo a la educación.
“Eso está empezando a degradar lo que la gente piensa sobre la educación superior”, dijo.
El estado busca equipar al 66 por ciento de los residentes con un certificado universitario o superior para 2025, pero la combinación de problemas hace que este objetivo parezca más difícil de alcanzar que nunca.
Sin acceso a trabajos que paguen más, se está dejando atrás a la mayoría de los residentes negros, hispanos e indoamericanos de Colorado, dijo Courtney Brown, vicepresidenta de impacto y planeación con Lumina Foundation. La fundación promueve el acceso más equitativo a la enseñanza superior y ha ayudado a estados para que fijen metas. (Lumina proporciona respaldo financiero a Chalkbeat. Haz clic aquí para ver una lista de otras entidades que nos respaldan y lee nuestra norma de ética.)
Cómo hacer que los estudiantes terminen lo que empezaron
Líderes en Colorado están dando pasos para crear más oportunidades.
El estado ha estado animando a las escuelas de high school para que agreguen cursos de nivel universitario que ayuden a sus estudiantes a obtener certificados. Creó una beca en 2014 para ofrecer asistencia con la colegiatura y otros recursos para estudiantes que los necesitan.
En los últimos dos años, el estado nombró a un director estatal de equidad para que se enfoque en reducir las brechas persistentes y reunir a los legisladores y líderes comunitarios en la creación de un plan que aproveche fondos de asistencia por la pandemia para conectar a estudiantes universitarios con oportunidades laborales.
Aunque esos programas han tenido éxito, el estado sigue quedándose corto, dijo Angie Paccione, directora ejecutiva del Departamento de Educación Superior de Colorado.
Por eso el estado agregó más programas. Parecen prometedores, Palmer dijo. Por ejemplo, 30 universidades y colegios comunitarios adoptaron el programa Termina lo que Empezaste, el cual se diseñó con base en una exitosa iniciativa del Colegio Comunitario de Pueblo. El estado busca beneficiar a más de 9,000 estudiantes para 2026.
El programa proporciona ayuda financiera para que los estudiantes regresen a la escuela y asesoría para crear planes individuales, además de maneras de cumplir con los planes y encontrar un trabajo después de que terminen sus estudios. Los asesores también ayudan a los estudiantes para que encuentren ayuda en el colegio o universidad, o fuera de ellos, que ofrezca apoyo para poner comida sobre la mesa o cuidar a sus hijos.
Aunque el dinero es un enorme incentivo, es crucial ayudar a los estudiantes para que crean que pueden terminar la universidad, dijo Richie Ince, director del programa de Pueblo: Regreso para Ganar. Él y su equipo se comunican con cada estudiante cada dos semanas para aconsejarlo, animarlo o conectarlo con recursos.
“Creo que somos muy exitosos debido a ese toque personal y solo porque estamos pendientes de ellos, realmente desde el momento en que regresan hasta el momento en que terminan”, Ince dijo.
El programa de Termina lo que Empezaste hizo que Haro-Flores, ahora de 24 años, regresara a la escuela. Se enteró del programa a través de uno de sus exconsejeros de high school. La asistencia financiera y asesoría que ha recibido casi parecen demasiadas buenas para ser verdad, dijo.
No hubiera regresado a la escuela por tercera vez sin el programa y sus fondos, dijo. Los coordinadores de Termina lo que Empezaste en UNC le dijeron que lo ayudarían con lo que necesitara. Así ha sido, Haro-Flores dijo. Ahora se siente seguro de que podrá terminar su licenciatura en ciencias del deporte.
“Este es el momento”, dijo.
Espera graduarse en 2024 y trabajar en la industria del deporte o en administración.
¿Puede mantener Colorado este esfuerzo?
Quienes abogan a favor de la educación superior dicen que Colorado también debe terminar lo que empezó al promover que los estudiantes terminen la universidad. El estado, el cual subfinancia seriamente la educación superior en comparación con otros estados, según demuestran estudios, debe seguir invirtiendo más dinero para mantener el buen camino.
A Paccione, la directora ejecutiva de educación superior del estado, le gusta decirles a los legisladores que “inviertan en los estudiantes ahora o páguenles después”.
“Si no inviertes en los estudiantes ahora, estos son los mismos estudiantes que terminarán en nuestro sistema público de seguridad social”, dijo. Estudios confirman esto.
Estudios también demuestran que vale la pena que un estudiante invierta en una educación universitaria. Michael Itzkowitz, quien trabaja para el centro intelectual de izquierda Third Way, dijo que los datos en años recientes permiten que las escuelas destaquen qué tan buenos son sus programas para que los estudiantes obtengan un trabajo y cuánto valen la pena. Cerca del 86 por ciento de todos los programas universitarios públicos producen, en cinco años, una ganancia en lo que los estudiantes gastan en su educación, dijo.
Y también hay beneficios sociales. Alfred Tatum, vicepresidente de asuntos académicos en la Universidad Estatal Metropolitana de Denver (MSU Denver, por sus siglas en inglés), dijo que la universidad ayuda a los estudiantes a conectarse con servicios de salud, participar más cívicamente y contribuir más a los impuestos estatales. En lugar del objetivo general de educar a la población en general, los líderes estatales deben tomar en cuenta cómo las personas que se gradúan de la universidad mejoran sus comunidades, dijo.
Pero comunicar esos beneficios a los estudiantes puede ser difícil cuando a algunos les preocupa el costo.
Durante las últimas dos décadas, la carga de pagar por la educación universitaria en Colorado se ha transferido más a los estudiantes y sus familias. Los ingresos de la colegiatura financian el 74 por ciento de los presupuestos universitarios para títulos de cuatro años y el 38 por ciento de los presupuestos de los títulos de dos años. Esos porcentajes son más altos, en promedio, que en la mayoría de los estados.
Janine Davidson, presidenta de MSU Denver, y John Marshall, presidente de Colorado Mesa University, dijeron que los legisladores deben invertir adecuadamente en las universidades para que puedan reducir los costos de sus estudiantes y mejorar los servicios de apoyo para aquellos estudiantes que necesitan más ayuda para terminar la universidad.
Sin una fuente constante de ingresos, a los administradores y al personal de las universidades les preocupa que los esfuerzos de Colorado se debiliten cuando los fondos federales únicos se acaben.
Esperan que las historias de éxito, como la de Darryl Sharpton, destaquen la importancia de seguir invirtiendo.
Sharpton, de 46 años, ha intentado varias veces en tres estados terminar la universidad. Ahora piensa que finalmente lo logrará. En el Colegio Comunitario de Aurora, ha encontrado más apoyo que nunca.
Está estudiando para obtener su título en ciencias de la computación. La educación superior le ha permitido desarrollar una perspectiva diferente, sobre su propio potencial y lo que vale.
“Quiero [tener] una carrera, no solo un trabajo”, Sharpton dijo, quien anteriormente trabajó entregando productos farmacéuticos.
“Hay tanta gente que quiere que triunfes”, dijo. “Mi escuela realmente me está cuidando ahora”.
Tina Griego, una periodista de Colorado News Collaborative, contribuyó a este reportaje.
Jason Gonzales es un reportero que cubre la enseñanza superior y la legislatura de Colorado. Chalkbeat Colorado se asocia con Open Campus para su cobertura sobre la educación superior. Comunícate con Jason a jgonzales@chalkbeat.org.