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A medida que más escuelas ven una necesidad de enfocarse en la salud mental de los estudiantes, los distritos están contratando más profesionales de salud mental para ayudar.
Pero ¿qué papel juegan estas nuevas personas, cómo trabajan juntas, y cómo pueden ayudar a los estudiantes?
Chalkbeat entrevistó a una consejera escolar bilingüe de Adams 14 para aprender más sobre cómo los consejeros escolares trabajan con los estudiantes y cómo ser bilingüe aporta a esa labor.
Brenda Moreno Negrete es la única consejera bilingüe en la única secundaria integral en Adams 14 (un distrito al norte de Denver), donde más o menos la mitad de los más de 6,000 estudiantes están identificados como ELL (estudiantes que están aprendiendo inglés) y la mayoría proviene de hogares que hablan español. Aquí ella habla acerca de su trabajo y de cómo ser bilingüe le ayuda a hablar con más estudiantes y conectarse con las familias.
La entrevista que sigue fue editada para ser más clara y breve.
¿Tienes más preguntas sobre empleos de salud mental en tus escuelas y te gustaría compartirlas con nosotros? Envíanos un email a co.tips@chalkbeat.org.
Cuéntanos sobre tu trabajo.
Este es mi primer año como consejera escolar aquí en la Escuela Secundaria Adams City. Los consejeros escolares tenemos tres tareas principales en las que nos enfocamos: aspectos académicos, carrera profesional, y aspectos socioemocionales, y en este último es que está la salud mental. Son cosas que van juntas. Muchas veces tenemos chicos que están teniendo dificultades en la casa o problemas de salud mental que afectan su desempeño académico. Nosotros entonces nos fijamos en ellos de manera completa para tratar de ayudarlos.
Muchos programas universitarios, entre ellos el mío, incluyen prácticas en las que solo hacemos salud mental; o sea, es todo lo que hacemos primero y luego incorporamos lo académico.
Yo crecí en la comunidad en que estoy trabajando. Tenemos un programa de práctica bilingüe, pero actualmente soy la única consejera bilingüe con licencia en la escuela, lo cual ha sido de mucha ayuda. Es verdaderamente genial poder conectarme con las familias en su idioma. Yo conozco mi comunidad y sé qué tan importante es para los padres poder conectarse con gente que hable su idioma y que los entiendan. También sé las necesidades que hay aquí, y por eso quise empezar mi carrera profesional en esta comunidad.
¿Qué tipo de trabajo haces con los estudiantes en un día normal?
Eso varía. Si un estudiante está hablando de suicidio o de hacerse daño, nos llaman y hacemos evaluaciones. Si alguien está teniendo un día difícil, viene a nuestras oficinas y hablamos, ya sea sobre ansiedad (que hemos visto bastante), depresión, o hasta problemas en sus relaciones. En esos casos, hablamos con ellos. Sí se toca el tema de lo académico, pero ese no es todo el enfoque.
Si notamos que están teniendo problemas de ausencia, entonces checamos a ver qué está pasando. Muchas de las veces, está relacionado con algo en su vida familiar o porque están batallando con salud mental.
¿Cómo se asignan los estudiantes a uno de los cuatro consejeros?
Depende de la escuela. Ahora mismo en nuestra escuela los tenemos por orden alfabético, o sea, según el apellido.
Aunque algunas familias solamente hablan español, muchos de los chicos son bilingües. Tenemos algunos que quizás acaban de llegar de México o son bastante nuevos. Si no hablan inglés, entonces sí, esos los atiendo yo. Me reúno y hablo con ellos, ya que ahora mismo los demás consejeros no hablan español. Sí hay una practicante que lo habla, y ella habla con algunos también.
¿Qué otros recursos de salud mental hay en tu escuela?
Tenemos una trabajadora social. Ella trabaja con muchos de los estudiantes; usualmente atiende a tantos como nosotros. Muchos de los chicos tienen servicios de educación especial o un IEP (programa individual de educación).
En esta escuela tenemos el programa Kids First, una clínica aquí mismo y en el mismo área de la enfermería. La clínica Kids First también ofrece servicios de terapia para estudiantes que necesitan más tiempo. Por ejemplo, mi total de casos ahora es más o menos 350 estudiantes, lo cual es bastante grande. Tenemos chicos que quizás necesitan citas de terapia más individualizada y más frecuentes, por ejemplo, una vez a la semana o cada dos semanas. Si ese es el caso, los referimos a otra clínica.
Aquí tenemos Kids First y también el Griffith Center, otro centro de salud mental que ofrece muchas cosas, y que ha asignado a alguien a estar aquí en la escuela. Es verdaderamente genial, porque cuando tenemos que referir a un estudiante, se reúne con un terapista aquí mismo en la escuela. La familia no tiene que acudir a otro sitio. Nosotros tratamos de eliminar esa barrera. Usualmente, el/la terapista se reúne con el estudiante durante las horas de escuela, cuando pueden.
¿Cuándo te conectas con las familias?
Eso ocurre de muchas maneras diferentes. A veces los padres vienen a la escuela a pedir ayuda. La escuela los llama para decir que su hijo(a) está faltando a clases, y algunos de los padres vienen. O, por ejemplo, a veces un maestro hace un referido diciendo ‘He notado que este estudiante tiene cortaduras’, o ‘esta estudiante se está sintiendo triste’. Si eso ocurre, entonces los sacamos del salón, y dependiendo de lo que esté pasando, entonces nos comunicamos con el hogar.
Otras veces llamamos a la casa para checar si todo está bien con el estudiante. Les decimos a los padres lo que está pasando, especialmente si se trata de salud mental, para checar qué está ocurriendo en la casa. En cuanto a lo académico, podemos llamar a los papás para avisarles si está todo en marcha para graduarse o no.
¿Los estudiantes pueden esperar confidencialidad al hablar con ustedes, o cuándo se tienen que comunicar con los padres?
Hay confidencialidad entre nosotros y el estudiante. Solo hay tres excepciones en las que no podemos cumplir eso. Si algo le está haciendo daño, por ejemplo, si está hablando de suicidio, o si está en peligro. Si está hablando de hacerle daño a otra persona, o si está amenazando hacerle algo al edificio. Esas son realmente las únicas excepciones, aparte de que nos podemos comunicar con los padres si el estudiante nos da permiso.
Todo esto está publicado en nuestras oficinas, y nosotros también les decimos a los estudiantes. Sí tenemos confidencialidad, y estoy aquí para ayudarte, pero hay excepciones. Yo siempre les digo, y en muchas ocasiones ellos me dan permiso para hablar con la familia. Si la familia está de acuerdo en participar, esto marca una gran diferencia. Pero hay casos en los que no es lo adecuado.
Por ejemplo, si un estudiante se está haciendo daño o tiene pensamientos suicidas, entonces una manera de ayudar es tener esa conversación con los padres de una manera en que el/la estudiante se sienta seguro(a) y sin estigma.
¿Qué te gustaría que la gente sepa acerca de cómo puedes ayudar a los estudiantes?
Nuestra tarea es verdaderamente tratar de ver qué está pasando; dedicar tiempo para ver lo que está ocurriendo. Si un chico o chica está metiéndose en peleas, hablamos con él o ella sobre sus destrezas para manejar situaciones. No nos metemos en disciplina porque estamos tratando de establecer una relación con los estudiantes. Tenemos que convertirnos en alguien a quien pueden acudir.
Ellos tienen que sentirse bien mentalmente y emocionalmente antes de ser estudiantes. Trabajando junto con otros profesionales aquí en la escuela, podemos ser más intencionales en nuestros servicios de salud mental y al determinar qué está pasando.
También empleamos otros recursos de apoyo, como el hogar y la familia. Nuestra comunidad tiene puntos fuertes, y podemos emplearlos de una manera que beneficie al estudiante si es posible. Por ejemplo, normalizando algunos de los temas de los que hablamos al tener conversaciones de salud mental. Dejarles saber que muchos chicos están batallando con esto. La gente lucha con eso, y no significa que hay algo mal con el estudiante. Normalizarlo de tal manera que los padres también sientan apoyo. Decirle que tenemos estos recursos, y que, si son los que están en la escuela, son gratuitos. Hablar con los padres de una manera que puedan entender que la salud mental no es nada de lo que tengan que avergonzarse.
La idea más errónea sobre los consejeros escolares es que solamente nos fijamos en las calificaciones y en los programas de estudio. También tenemos este enorme recurso que no se está aprovechando: la salud mental, la parte socioemocional. Nosotros somos un excelente puente a recursos cuando un estudiante no se siente bien.
Cierto, tenemos que hablar con ellos sobre sus calificaciones, pero también decirles que estamos aquí para ayudarles. Si el estudiante se abre y comparte con nosotros lo que necesita, nosotros podemos ayudarle.
Yesenia Robles es reportera para Chalkbeat Colorado y cubre asuntos relacionados con los distritos escolares K-12 y la educación multilingüe. Para comunicarte con Yesenia, escríbele a yrobles@chalkbeat.org.