Muchos estudiantes en Colorado van a la universidad mientras crían a sus hijos. Con frecuencia se sienten como extraños en la escuela.

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Deysi Parga Macias enfrentó un dilema el otoño pasado durante la primera semana de clases en la Universidad de Colorado en Boulder (conocida como CU Boulder).

No podía encontrar cuidados infantiles para su hijo, Ramiro, y sus abuelos, quienes supuestamente lo iban a cuidar, estaban enfermos.

Macias, en ese entonces de 19 años de edad, entró en pánico. Su laboratorio de bioquímica solo permitía cuatro ausencias antes de reprobar la clase—pero faltar a solo una de las clases la haría sentirse como un fracaso. Desesperada, le envió un mensaje electrónico a su profesor antes de la clase preguntándole si podía traer a su hijo, quien en ese momento tenía un año y medio.

“Dije: ‘Lo siento, y sé que esto no es profesional’”, Macias dijo.

Ese día, los estudiantes del laboratorio iban a recolectar muestras en el arroyo de Boulder y analizar los resultados. Por suerte, su profesor aceptó que Ramiro viniera ya que era un entorno más seguro que en el laboratorio. Mientras Macias trabajaba, Ramiro jugó con rocas, tirándolas al agua.

“Pensó que era solo un día más [jugando] afuera”, dijo.

Deysi Macias lleva a su hijo al automóvil para dejarlo en la casa de sus abuelos. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

Macias, quien ahora tiene 20 años y está estudiando su tercer año en CU Boulder, hace todo lo posible por mantener separadas su vida de madre y sus clases universitarias, aun cuando les menciona a sus profesores durante los primeros días de clase que tiene un hijo.

Usualmente no ve otros niños pequeños en CU Boulder. Muchos estudiantes no se identifican con la vida que ella tiene.

Es una experiencia aisladora.

“Cada vez que les digo a mis profesores que soy madre y que estoy estudiando una carrera me dicen: ‘Eres mi primera [madre-estudiante]’”, dijo.

¿Cuántos padres-estudiantes hay en los colegios y universidades de Colorado?

Muchos colegios comunitarios y universidades públicas en Colorado no saben cuántos estudiantes son padres en sus instituciones.

Datos censales de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense 2021 analizados por la oficina demográfica de Colorado sugieren que los padres constituyen un poco menos de un tercio de los estudiantes universitarios de grado (undergraduate, en inglés) en todos los colegios comunitarios y universidades del estado.

Esas cifras son similares a los datos nacionales reunidos por el Instituto para la Investigación de Políticas sobre la Mujer en 2016: alrededor del 22 por ciento de todos los estudiantes de grado eran padres. El instituto encontró que el 42 por ciento de todos los estudiantes en colegios comunitarios y solo el 17 por ciento de los estudiantes en universidades públicas de cuatro años eran padres.

Colorado, como muchos estados, no requieren que los colegios y las universidades mantengan estas cifras. Algunas universidades, incluida la Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) en Fort Collins, han usado encuestas voluntarias para tener una mejor idea. Pero sigue siendo un cálculo aproximado.

“No sabemos si tenemos 50 padres-estudiantes o 5,000”, dijo Lisa Chandler, subdirectora de servicios para estudiantes adultos y veteranos en CSU Fort Collins.

A algunos administradores les preocupa que preguntarles a los estudiantes si tienen hijos pueda ser una violación de reglas federales diseñadas para prevenir la discriminación. Defensores dicen que la falta de datos concretos puede limitar los servicios y esfuerzos de alcance para que los estudiantes reciban ayuda durante su carrera universitaria, especialmente porque este es un grupo que no tiene mucho tiempo para buscar ayuda.

La fotografía de Ramiro aparece en el gorro de graduación de high school de Macias en su hogar en Arvada, Colorado. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

Los padres-estudiantes mantienen calificaciones promedio más altas, pero tienen una probabilidad 10 veces menor de graduarse, según el instituto de investigaciones de políticas sobre la mujer. También tienen mayor probabilidad de ser estudiantes negros y con bajos ingresos, asumir más deudas de préstamos estudiantiles y enfrentar desafíos para encontrar vivienda.

Para los padres-estudiantes es importante triunfar porque quieren ganar salarios más altos que les permitan mantener a sus familias. Y Colorado tiene el objetivo de que más de sus residentes—especialmente aquellos de comunidades diversas—obtengan la capacitación postsecundaria que necesitan para conseguir trabajos que paguen bien. Macias, por ejemplo, estudia bioquímica y quiere ser médica.

En años recientes, los colegios comunitarios de Colorado, con más padres-estudiantes, han proporcionado recursos alimenticios y conectado a estudiantes con vivienda, cuidados infantiles y apoyo financiero. Mientras tanto, las universidades de cuatro años ofrecen menos servicios.

Los cuidados infantiles son la prioridad para muchos de los padres-estudiantes

Antes que Macias se inscribiera, investigó qué escuelas ofrecían más ayuda para padres-estudiantes. CU Boulder le dio becas, y Macias logró reunir suficiente dinero para pagar por sus estudios universitarios. También planeó usar la vivienda para estudiantes de posgrado y familias en la universidad con el objetivo de tener más espacio para ella y Ramiro, vivir en el campus, conocer amigos y ser independiente.

Hubo mucho que no se esperaba como la primera estudiante en su familia en asistir a la universidad y como madre primeriza.

El alquiler en la vivienda para familias terminó siendo más de lo que podía pagar. Tuvo momentos difíciles durante su primer año para pagar por los muebles y otros artículos para el hogar—hasta cosas tan pequeñas como una cortina de baño y artículos de aseo personal. Macias calcula que un mentor de high school gastó alrededor de $1,000 para ayudarla a amueblar su apartamento. Su mamá le cocinaba y también traía comida y otros productos para la vida diaria. Su hermana ayudaba a cuidar de Ramiro cuando Macias tenía clases.

Macias trata de encontrar ropa para vestir a su hijo en su hogar en Arvada, Colorado. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

Macias ahora está viviendo con la abuela paterna de su hijo. La ubica a pocos minutos de parientes que la ayudan a cuidar de Ramiro porque dijo que no puede pagar por la guardería en CU Boulder. También hace que sea más fácil cuando ella y el papá de Ramiro comparten la crianza del niño.

En Colorado, los cuidados de un niño pequeño que ya camina pueden costar en promedio cerca de $1,360 al mes en un centro y alrededor de $960 en un hogar que funciona como guardería, según el libro de datos Kids Count 2023 de la Fundación Annie E. Casey.

Los estudiantes de CU Boulder pagan según la edad de su hijo y la frecuencia con que asisten a la guardería. Un estudiante puede pagar hasta alrededor de $1,900 al mes por la atención cinco días a la semana para un bebé. El horario diurno no abarca las clases nocturnas ni las sesiones para estudiar.

La universidad realizó una encuesta entre estudiantes de grado en 2021 para entender mejor cómo ayudarlos a todos. Solo un tercio de todos los estudiantes contestaron la encuesta, y alrededor del 3 por ciento de los participantes dijeron que eran responsables de cuidar a niños u otros adultos, según dijo la universidad.

Otros servicios para padres en el campus incluyen un centro de salud y bienestar y apoyo para la salud mental, espacios para que los estudiantes cansados duerman una siesta y salas separadas para la lactancia.

Macias dijo que ya no usa la mayor parte de los servicios que CU Boulder ofrece. Los cuidados infantiles siguen siendo su mayor desafío. En un mundo perfecto, dijo que la escuela proporcionaría cuidados gratis, porque los estudiantes universitarios no tienen mucho dinero.

La estudiante universitaria de bioquímica trabaja en una clase virtual, “Recursos de habilidades académicas”, en una sala de estudios en el Edificio Duane de Laboratorios Físicos en la Universidad de Colorado en Boulder. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

Los colegios comunitarios ofrecen más apoyo integrado

Las instituciones que atienden a estudiantes mayores suelen pensar más sobre las necesidades de los padres. Aurora Community College envió encuestas voluntarias a estudiantes y aprendió que cerca del 35 por ciento tienen responsabilidades como padres, dijo Reyna Anaya, directora principal de asuntos estudiantiles y decana de éxito estudiantil.

Las encuestas ayudaron a que la escuela desarrollara más ayuda. La escuela tiene estaciones con refrigerios para niños, un mercado gratis para que padres obtengan comida y áreas con juguetes. Hay consejeros disponibles para dar apoyo.

El campus de Colorado Mountain College (CMC) en Rifle organiza Viernes Familiares donde los estudiantes e integrantes de la comunidad pueden traer a niños al campus para aprender mientras sus padres toman clases, dijo Tinker Duclo, vicepresidenta y decana del campus en CMC Rifle.

Pero las instituciones universitarias de cuatro años también están haciendo más para ofrecer servicios a padres en sus instalaciones. Por ejemplo, la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins cuenta con una guardería sin necesidad de hacer cita en su biblioteca que se paga con las cuotas de los estudiantes. Y como muchas otras escuelas, CSU ofrece fondos federales para subvencionar los cuidados infantiles.

El cambio de un colegio comunitario a una universidad

Zeke Dominguez, 41, está nervioso de transferirse a la Universidad Estatal de Colorado de Front Range Community College el próximo año. Como un padre soltero de una niña autista de 11 años, su segundo intento de cursar estudios universitarios le ha proporcionado mucho de lo que necesita como padre, pero no sabe bien qué pasará en una institución más grande.

Dominguez estudió ciberseguridad en 2012 en la Universidad de Phoenix, una institución con fines de lucro. Su hija nació alrededor de esa época. Pasó meses en el hospital, y Dominguez tomó una pausa de sus estudios por un semestre pero se sintió abrumado cuando regresó a estudiar. Tuvo que salirse de la escuela.

“No tenía ningún sistema de apoyo”, dijo. “No era para nada como lo que tengo ahora”.

Los colegios comunitarios han aumentado sus servicios en años recientes para los padres-estudiantes.

Front Range reúne a los padres-estudiantes para que se apoyen entre ellos. Dominguez también se conectó con el programa TRIO de la escuela, un programa federal para guiar a los estudiantes desfavorecidos que se usa en muchos colegios comunitarios y universidades. Aunque el programa no es solo para padres-estudiantes, lo ha conectado con tutores y ayudado a aprender cómo abogar a favor de sus necesidades como padre, por ejemplo al comunicarse con profesores o decanos para que no tenga que abandonar clases cuando se retrasa.

La escuela también ofrece subsidios federales para los cuidados infantiles, dijo, y si Dominguez tiene algún problema, el personal de Front Range trata de ayudarlo a conectarse con recursos comunitarios.

Es importante para Dominguez completar sus estudios. Quiere obtener un título en bellas artes que le permita la flexibilidad de trabajar y cuidar a su hija. Las demandas de su trabajo anterior como chef no fueron compatibles con sus responsabilidades de padre.

Planea ampliar su trabajo en fotografía—solía tomar fotos de comida cuando era chef. También quiere explorar sus opciones profesionales, como al vender los cuadros que pinta.

Mientras se prepara para CSU Fort Collins, le preocupa perderse en una institución tan grande.

“Realmente somos un fantasma”, dijo. “No nos ven”.

Estudiantes caminan por el campus de la Universidad de Colorado en Boulder el 30 de agosto de 2023. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

El creciente enfoque de la educación superior en los padres-estudiantes

En otros lugares, algunos estados han logrado dar seguimiento a los padres-estudiantes. Oregón e Illinois obligan a los colegios comunitarios y universidades a recolectar datos sobre padres-estudiantes para ayudarlos a que reciban lo que necesitan, según dijo Nicole Lynn Lewis, fundadora y directora ejecutiva de Generation Hope. Esta agencia sin fines de lucro aboga a favor de políticas que apoyen a los padres-estudiantes y respalda a las escuelas en sus esfuerzos.

Las instituciones también quieren aumentar el apoyo que ofrecen. La Universidad Estatal de Norfolk, una universidad históricamente negra en Virginia, ha estado trabajando con Generation Hope este último año para aumentar sus servicios, como salas de lactancia y grupos de padres. La escuela ofrece cuidados infantiles por las tardes/noches. Los líderes de la universidad también están desarrollando pautas sobre la presencia de niños en el campus y cómo los profesores y el personal administrativo pueden ayudar a los padres-estudiantes.

Los padres-estudiantes quieren sentir que forman una mayor parte de la vida en el campus y que los tomen en consideración, dijo Andrea Neal, vicerrectora adjunta de la Oficina de Participación Académica en la Universidad Estatal de Norfolk. Pequeñas cosas como espacios para estacionarse o acceso fácil a pañales en el campus los hacen sentirse incluidos, dijo.

Universidades más grandes como la Universidad Estatal de Ohio también están tratando de encontrar maneras de atender a los padres-estudiantes.

Traci Lewis, directora del Programa de Experiencia Universitaria Integral para el Éxito de los Padres-Estudiantes, dijo que la Universidad Estatal de Ohio hace que los padres y sus hijos sean parte de la vida universitaria. La escuela organiza una semana de bienvenida para padres-estudiantes con casas inflables (también conocidas como brincolines) para sus hijos, ofrece cuidados infantiles durante reuniones de clubes, y permitirá que los estudiantes caminen con sus hijos en el desfile de homecoming este año.

Los padres-estudiantes en la Universidad Estatal de Ohio reciben una guía integral con recursos de apoyo, pero la universidad también proporciona consejeros que ofrecen ayuda más personalizada. Además, la escuela ofrece asistencia financiera de emergencia.

Los padres-estudiantes necesitan abogar por sí mismos

Macias se siente agotada, pero raramente deja que eso detenga su actitud positiva.

Ha encontrado maneras de sentirse como una parte mayor del campus. Quiere ser un ejemplo para otros estudiantes de primera generación y otras estudiantes latinas en las ciencias. Ha encontrado amigos que la apoyan. Se ha unido a clubs como la Organización de Colorado para Oportunidades y Derechos Reproductivos de la [Mujer] Latina.

Se toma los días difíciles con calma porque está decidida a terminar sus estudios.

Macias, izq., escucha mientras America Ramirez, directora de programas en la Organización de Colorado para Oportunidades y Derechos Reproductivos de la [Mujer] Latina (COLOR, por sus siglas en inglés), habla durante la “Feria para involucrarse” en el campus. (Rachel Woolf for Chalkbeat)

“La vida no espera a que tú estes bien”, Macias dijo.

Macias trabaja en la Oficina de Alcance y Participación Preuniversitaria de CU Boulder y ofrece visitas guiadas a estudiantes de high school. El programa también organiza visitas con una noche de estadía.

Ha conocido a cientos de estudiantes, dice. Pero durante el verano, una joven la contactó para que leyera el ensayo que había preparado para ingresar a la universidad.

La adolescente, quien estaba por iniciar su penúltimo año de high school, había escrito que estaba embarazada. Quería estudiar ciencias igual que Macias. Documentó sus temores de decirle a su familia sobre el embarazo y de nunca entrar a la universidad.

Lagrimas corrieron por las mejillas de Macias mientras permanecía sentada frente a la estudiante. Las dificultades de la joven eran las suyas. Finalmente no se sintió tan fuera de lugar.

“Le dije que se mantuviera enfocada y siguiera avanzando. Que terminara con fuerza, con tanta fuerza como pudiera porque habrá mucha ayuda”, dijo. “Desafortunadamente, no van a venir y encontrarte como madre. Tienes que encontrar la ayuda tú misma”.

Jason Gonzales es un reportero que cubre la educación superior y la legislatura de Colorado. Chalkbeat Colorado se asocia con Open Campus para cubrir la educación superior. Comunícate con Jason enviándole un mensaje electrónico a jgonzales@chalkbeat.org.