Savannah Perkins, maestra de ciencias de sexto grado, describió una reunión sorpresa con el director de su escuela a principios de enero. Él le dijo que no iba a dar más clases de ciencias porque demasiados estudiantes estaban leyendo a un nivel más bajo que su grado, nos contó. Su trabajo “iba a cambiar de dirección” para hacer una intervención en lectura durante el segundo semestre.
La decisión significaba que aproximadamente la mitad de los estudiantes de sexto grado de la escuela chárter de Denver – la Rocky Mountain Prep-Federal – terminarían el año sin asistir a la clase de ciencias ya programada para el segundo semestre. La otra mitad de los estudiantes de sexto grado ya habían tomado la clase de ciencias con Perkins durante el primer semestre.
El campus Federal, con 380 estudiantes, no es la única de las cinco escuelas intermedias de Rocky Mountain Prep en la que los estudiantes han experimentado cambios en la instrucción. Perkins dijo que el director Robert Barrett le dijo que las otras cuatro escuelas intermedias de la red también estaban eliminando las clases de ciencias o estudios sociales del segundo semestre para los estudiantes de sexto grado, dijo ella. Barrett no respondió a los mensajes de Chalkbeat.
La medida, tomada por una red que se enorgullece en ofrecerles una rigurosa preparación para la universidad a sus estudiantes, en su mayoría latinos y de bajos ingresos, es una decisión equivocada, dicen algunos expertos, pero no es nada nuevo en educación. Particularmente desde que la ley federal de 2001 “Que ningún niño se quede atrás” puso mayor énfasis en los exámenes, muchas escuelas han reducido tiempo de clases que aparecen muy poco o no son parte de los exámenes, desde ciencias y estudios sociales hasta arte, música y educación física.
Estas políticas no sólo convierten la lectura en un castigo, sino que hacen de las asignaturas pendientes un privilegio y no un derecho, dijo Daniel Morales-Doyle, profesor asociado de enseñanza de las ciencias en la Universidad de Illinois Chicago.
“Cancelar la clase de ciencias por lo que normalmente equivale a más ejercicios de lectura convierte la ciencia en algo exclusivo para los niños que tienen la suerte de asistir a escuelas con altas puntuaciones en los exámenes”, dijo. “Esto no ocurriría en un entorno más rico y blanco”.
Cuando se le pidió una respuesta a la sugerencia de Morales-Doyle de que tales medidas se aplican de manera desigual, Indrina Kanth, directora de crecimiento de Rocky Mountain Prep, le escribió en un email a Chalkbeat que la sociedad estadounidense históricamente ha trabajado para asegurar que los niños negros y de otras minorías raciales no aprendieran a leer.
“Es una injusticia educativa que estamos trabajando para corregir”, escribió.
La decisión de eliminar las clases de ciencias de sexto grado es uno de los muchos cambios en la red Rocky Mountain Prep en el último año, y se ha dado después de una tumultuosa fusión el verano pasado entre la Rocky Mountain Prep y otra importante red de escuelas chárter de Denver, la STRIVE Prep. Esa fusión, dirigida por la CEO Tricia Noyola, tenía la intención de reducir los costos administrativos y fortalecer el desempeño académico, pero también resultó en mucha rotación de personal y en lo que algunos empleados dijeron ser un enfoque mayor en las puntuaciones de los exámenes.
Kanth dijo en su email que la red de escuelas tiene derecho a hacer “ajustes en sus programas” y una “obligación moral de asegurar que nuestros estudiantes estén leyendo al nivel de su grado para que puedan tener un desempeño excelente en el contenido académico y más”.
No quiso dar detalles sobre cuáles escuelas intermedias recortaron la clase de ciencias y cuáles recortaron las de estudios sociales, cómo el material perdido se iba a recuperar, y si el año próximo los estudiantes de sexto grado tomarán clases de ciencias y estudios sociales. Noyola no respondió a la petición de Chalkbeat de contestar las demás preguntas.
El presidente de la Junta de la Rocky Mountain Prep, Patrick Donovan, envió el viernes una declaración firmada por los ocho miembros diciendo que la junta apoya el liderazgo de la red de escuelas chárter y confía en que sus escuelas están “proporcionando una experiencia educativa que va mucho más allá de los requisitos”.
Líderes de escuelas chárter ven una crisis de lectura
El pasado otoño, los líderes de Rocky Mountain Prep dieron la voz de alarma por las bajas puntuaciones en lectura de las cinco escuelas intermedias y dos escuelas secundarias de la red. La mitad de los estudiantes de intermedia estaban leyendo por debajo del nivel de tercer grado y el 90% de los de secundaria por debajo del nivel de secundaria, según las actas de una reunión de la junta de la red el 3 de noviembre.
Dos meses después, los líderes de la red de escuelas chárter instituyeron nuevas clases de intervención en lectura para los estudiantes de sexto grado. A los padres del campus Federal se les notificó que sus hijos recibirían ayuda adicional para leer y que sus horarios cambiarían, pero no que las clases de ciencias se habían eliminado, dijo Perkins, que dejó su trabajo hace dos semanas.
Por email, Kanth describió a los padres como “entusiasmados por el tiempo adicional de lectura para sus hijos”, pero se negó a responder a una pregunta de si a los padres se les dijo explícitamente que sus hijos estaban perdiendo la clase de ciencias o estudios sociales.
La gran mayoría de los estudiantes en Rocky Mountain Prep - Federal son latinos y califican para comidas escolares gratis o a precio reducido. Casi dos tercios están clasificados como estudiantes de inglés.
Morales-Doyle dijo que el dominio del inglés se utiliza a menudo como una barrera que impide que los estudiantes de inglés tengan acceso a todas las asignaturas.
“Esto parece un caso clásico de una visión de déficit que hace que una escuela tome malas decisiones sobre lo que merecen sus estudiantes”, dijo.
Los funcionarios del Departamento de Educación de Colorado dicen que a las escuelas se les requiere enseñar un conjunto amplio de estándares estatales de ciencias y estudios sociales durante la escuela intermedia y que esos estándares usualmente se cubren durante tres años. Pero no hay reglas específicas sobre qué tiene que cubrirse y cuándo.
“El distrito es quien decide cómo será ese programa y cómo lo van a estructurar durante el día escolar”, dijo Joanna Bruno, directora ejecutiva de enseñanza y aprendizaje del departamento.
En Colorado, los estudiantes toman exámenes estatales de matemáticas, lectura y redacción todos los años de intermedia, pero los exámenes de ciencias solamente los toman en octavo grado.
Un portavoz del distrito escolar de Denver, que autoriza la docena de escuelas chárter de Rocky Mountain Prep, dijo que las escuelas chárter están obligadas por contrato a cumplir o superar los estándares académicos de Colorado. Él dijo que los funcionarios del distrito investigarían si se les notifica una posible violación del contrato de una escuela chárter.
Los estudiantes reaccionan a perder la clase de ciencias
Perkins dijo que se sorprendió cuando se enteró de que su clase diaria de ciencias, de 75 minutos, se convertiría en una clase de lectura. La noticia le llegó a principios del segundo semestre, después de haber terminado unas cuantas lecciones de introducción sobre seguridad en las ciencias.
La decisión significó que unos 65 estudiantes se perderían las lecciones que ella había planificado sobre tectónica de placas, energía térmica, geología y el cambio climático. Estaban tristes.
“Muchos niños se echaron a llorar... porque yo realmente los entusiasmaba con las ciencias”, dijo.
Después de la decisión de eliminar las ciencias, Perkins les asignó a sus estudiantes de sexto grado que hicieran carteles sobre la importancia de esa asignatura. Sus estudiantes los decoraron con filamentos de ADN, tubos de ensayo burbujeantes y electrones orbitando átomos. Un estudiante de sexto escribió con rotulador mágico negro: “¿Cómo es justo que la mitad de sexto tomen la clase de ciencias y nosotros tengamos solo dos semanas para aprender las reglas de la CIENCIA y nunca lleguemos a practicar CIENCIA?”
Perkins dijo que ella y otros maestros de su escuela recibieron un día de capacitación sobre el currículo de lectura de primaria que iban a usar para la intervención en secundaria — Core Knowledge Language Arts.
Las clases de intervención en lectura empezaron la semana siguiente, cuando Perkins les enseñó a un grupo de estudiantes de sexto grado a leer a nivel de segundo grado y a dos grupos de estudiantes de sexto grado a leer a nivel de cuarto grado. Al menos 20 estudiantes que tenían programado tomar el segundo semestre de ciencias con Perkins fueron devueltos a la clase de estudios sociales — que ya habían tomado en el primer semestre — porque no necesitaban ayuda adicional para leer. Perkins dijo que su maestro de estudios sociales trabajó para cambiar las lecciones de historia mundial y que no todo fuera una repetición para ellos.
Perkins se sentía frustrada porque las clases de lectura que estaba dando eran para estudiantes mucho más pequeños.
“No está diseñado para niños de 12 años”, dijo, y señaló que algunos de sus estudiantes tuvieron que leer cuentos de antes de dormir, entre ellos uno sobre un erizo que corría en una carrera y otro sobre un pancake que salía a saltos de una sartén.
Los expertos dicen que las clases de ciencias y estudios sociales fomentan la lectura
Las escuelas intermedias de Rocky Mountain Prep no son las únicas con puntuaciones deficientes en lectura, especialmente en el caso de los estudiantes de sexto grado que estaban en segundo cuando la pandemia cerró las escuelas hace cuatro años.
Autumn Rivera, maestra de ciencias de sexto grado en el distrito de Roaring Fork y presidenta electa de la Asociación de Maestros de Ciencias de Colorado, dice que entiende la urgencia de atender las deficiencias en lectura porque ella también tiene en su salón estudiantes que batallan para leer.
“La escuela es más fácil y la vida es más fácil cuando sabes leer bien, por lo que entiendo el sentimiento de emergencia en torno a tratar de ayudar para que las puntuaciones de lectura de los estudiantes mejoren”, dijo.
Pero quitar las ciencias o los estudios sociales no es la solución, dijo ella. Una de las mejores formas de mejorar las destrezas de lectura es incorporar la lectura en las áreas de contenido en las que los estudiantes aprenden sobre el mundo y los temas que les interesan, dijo ella.
“La ciencia es un lugar estupendo — y estudios sociales también — para que los estudiantes se entusiasmen tanto con lo que están aprendiendo que ni siquiera se den cuenta de que están leyendo”, afirmó.
Rivera, que ganó el premio de Maestra del Año 2022 en Colorado, recientemente vio esto ocurrir con un estudiante durante una unidad sobre el impacto del aceite de palma en el hábitat de los orangutanes en Indonesia. Después de que la clase leyó un artículo sobre la producción de aceite de palma, el estudiante que normalmente no habla mucho, “por primera vez levantó la mano y dio la respuesta a una pregunta con mucha seguridad porque sabía que la había encontrado”, dijo.
Perkins esperaba ser maestra en el campus Federal de Rocky Mountain Prep hasta el final del grado escolar, aunque había empezado a dudar cuando las dos redes de escuelas chárter se unieron el verano pasado.
“Pensaba quedarme por mi amor a la ciencia y mi amor por este grupo de estudiantes”. Después de lo que ocurrió en el segundo semestre, dijo, “perdí las dos razones por las que me estaba quedando”.
Perkins ahora es maestra de ciencias en séptimo grado en un distrito escolar cercano.
Ann Schimke es reportera senior de Chalkbeat y cubre temas relacionados con la niñez temprana y la alfabetización temprana. Para comunicarte con Ann, envíale un email a aschimke@chalkbeat.org.
Traducido por Milly Suazo-Martinez