¿Están acosando a tu hijo? Consulta esta guía para padres.

A high school girl sits with her hands covering her face on the floor of a hallway with colorful lockers on both sides.
Expertos dicen que es importante que los padres reporten casos de acoso y hablen con sus hijos de manera calmada y demostrando su apoyo. (Getty Images)

Read in English.

A tu hijo lo empujaron contra los casilleros de la escuela por tercera vez esta semana. El grupo de examigos de tu hija no deja de propagar rumores crueles sobre ella—en los pasillos y por internet.

Que a un niño lo acosen en la escuela es causa de temor y trauma para los jóvenes. También puede dejar a los padres desesperados por encontrar la respuesta correcta: ¿A quién llamamos? ¿Cómo podemos ayudar? ¿Qué le debemos decir a nuestra hija?

Para obtener respuestas a estas preguntas, Chalkbeat reunió los consejos de expertos en el Departamento de Educación de Colorado, el Centro de Recursos para Recuperarse del Acoso en Denver y el Centro Jefferson, un proveedor sin fines de lucro de servicios para la salud mental.

Aunque no existe la solución perfecta, los expertos dicen que las conversaciones frecuentes y abiertas con los niños, y la escuela, pueden ayudar a identificar y detener el acoso escolar, también conocido como bullying en inglés.

“Si el bullying sucede, es importante seguir reportándolo y decirle al niño que estás de su lado sin importar lo que pase”, dijo Dru Ahlborg, directora ejecutiva del Centro de Recursos para Recuperarse del Acoso.

¿Qué es el acoso o bullying y qué no lo es?

El acoso ocurre cuando una persona demuestra agresión no deseada—física o verbalmente o de cualquier otra manera—hacia otra persona Y la persona que está practicando el acoso tiene más poder que la persona a quien está acosando. Los desbalances de poder pueden demostrarse de varias formas, por ejemplo, cuando el niño que está acosando es más grande físicamente, más fuerte o más popular que el niño a quien está acosando.

Los expertos señalan que el acoso es diferente al conflicto, el cual puede ser una riña en el área de juegos de la escuela o una pelea entre niños con niveles similares de poder. Los conflictos pueden resolverse a través de la negociación, pero el acoso no.

“No puede ser como: ‘Solo dense la mano y vayan por caminos aparte‘”, Ahlborg dijo. “Si realmente es acoso, eso no funcionará. Eso creará más daño para el niño que está siendo acosado”.

En general, los casos que suceden una vez—como que a un niño lo empujen o insulten—no se consideran acoso o bullying. Pero si una agresión no deseada tiene el potencial de repetirse, quizás lo sea, Ahlborg dijo.

“[Si] pones la cabeza de un niño en el inodoro una vez, eso es bullying”, dijo. “Hay una buena posibilidad de que se repita si no hay una intervención para que no pase”.

¿Son el hostigamiento y el acoso la misma cosa?

Son similares, pero no lo mismo. El hostigamiento (harassment, en inglés) es acoso dirigido a alguien que pertenece a una clase protegida, es decir, debido a su discapacidad, grupo racial, credo, color de piel, sexo, orientación sexual, identidad de género, expresión de género, estado civil, origen nacional, religión, linaje o necesidad de servicios educativos especiales. El hostigamiento se considera una forma de discriminación y hay más protecciones legales para estudiantes que sufren hostigamiento que para aquellos que son acosados.

¿Cuáles son las señales de que a un estudiante lo están acosando?

Cambios grandes y repentinos en el comportamiento del niño pueden ser una señal de que lo están acosando, Ahlborg dijo.

Por ejemplo, “ya no quiere ir a pasar tiempo con sus amigos después de la escuela, o quizás quiere salirse del equipo de fútbol americano, o quizás sus calificaciones están bajando bastante rápido, o está malhumorado y triste”, dijo.

¿Qué hago para que mi hija me diga que la están acosando?

Expertos dicen que los padres deben comunicarse regular y abiertamente con sus hijos.

Erin Twiehaus, una trabajadora social con el Centro Jefferson que trabaja regularmente en escuelas públicas, dijo que anima a los padres para que hablen con sus hijos todos los días. Por ejemplo, los padres pueden preguntar: “¿Cuál fue tu parte favorita del día?” y luego, “¿Cuál fue la parte más difícil de tu día?”

Estas conversaciones diarias para ver cómo están crea espacio para que los niños mencionen casos de acoso u otras situaciones desagradables, dijo. “Creo que así es como los padres pueden descubrir estas cosas un poco antes, en lugar de que el niño espere hasta que se pongan muy mal [las cosas] para decir algo”.

Ahlborg dijo que los niños con frecuencia comparten “microdosis” de información por la vergüenza que sienten de que los acosen. Es importante que los padres mantengan la calma y no critiquen cuando hablen con sus hijos que están siendo acosados, porque los niños a veces temen las reacciones de los padres.

“Hazle saber al niño que no ha hecho nada para merecerse lo que pasó, que juntos encontrarán una solución”, dijo.

Twiehaus sugirió que los padres digan cosas como: “Guau, eso sí suena difícil” o “suena como que usaste tus habilidades para resolver problemas”, en lugar de hacer comentarios despectivos como: “Eso no es tan difícil” o “ves, estuvo bien”.

¿Qué debo hacer si pienso que a mi hijo lo están acosando?

Si está sucediendo en la escuela o por los compañeros de clase afuera de la escuela, reportáselo a la escuela. Si está sucediendo en otro lugar, como en un grupo de jóvenes de la iglesia o un equipo deportivo, reportáselo a los líderes de esos grupos.

Ahlborg dijo que aunque los padres reporten el acoso verbalmente, es buena idea documentar la situación por escrito. Eso significa enviar un mensaje por correo electrónico o texto, repitiendo los puntos clave de la conversación y cualquier medida que el maestro u otro adulto haya dicho que tomará. También dijo que los padres deben reportar cada caso de acoso ante la escuela después de la primera conversación.

¿Debo enfrentar al niño que está acosando a mi hijo?

No. Por lo general, no es eficaz, y los padres pueden meterse en problemas por regañar o tratar de disciplinar al hijo de otra persona.

¿Debo hablar con los padres del niño que está acosando a mi hijo?

Usualmente no, a menos que ya tengas una amistad o relación con los padres de ese niño.

¿Qué debo esperar que haga la escuela de mi hijo después de reportarles la situación de acoso?

No existe una respuesta igual para todos los casos, pero lo más importante es que el acoso debe dejar de suceder, Ahlborg dijo.

Adam Collins, el gerente estatal de prevención del bullying en el Departamento de Educación de Colorado, dijo que cada escuela en Colorado está obligada a tener una norma para prevenir el acoso y debe seguir los pasos descritos en esa norma.

En lo relacionado con ayudar al estudiante siendo acosado, las soluciones pueden incluir conectarlo con un adulto confiable en la escuela que estará pendiente de él. También pueden incluir un plan de seguridad que indique que un integrante del personal debe acompañar al niño por los pasillos, que lo dejen salir cinco minutos antes, o que cambien su horario del almuerzo, salón o asiento en el autobús. En algunos casos, el estudiante que está acosando a otro podría estar sujeto a un “contrato sin contacto” que le prohíba interactuar con el niño a quien está acosando. En otros casos, a un estudiante que está acosando a otro lo pueden suspender o expulsar.

Expertos no recomiendan prácticas reparadoras, como mediación entre pares, en casos de acoso, Collins dijo. La razón es porque el desbalance de poder que caracterizó el acoso pueden volver a presentarse durante las conversaciones reparadoras y volver a traumatizar a la víctima, aun cuando haya adultos presentes.

Lo reporté, pero el acoso continúa. ¿Qué debo hacer?

Los representantes del estado recomiendan que los padres empiecen reportando el caso de acoso ante el empleado de menor nivel, por ejemplo, el maestro en el salón de clases. Si no se resuelve, que continúen con el siguiente empleado de mayor nivel, Eso quizás signifique que le digan al subdirector o director, luego al supervisor del director y luego al superintendente del distrito o consejo de educación.

A mi hijo lo están acosando en las redes sociales. ¿Cómo debo responder?

Expertos dicen que el ciberacoso es común y especialmente complicado porque muchos estudiantes tienen acceso a dispositivos electrónicos las 24 horas del día. Aunque esté ocurriendo fuera de la escuela o después del horario escolar, vale la pena reportárselo a la escuela del niño si el acoso involucra a los compañeros de la escuela.

Para detener el acoso por internet, los padres pueden hacer que sus hijos dejen de usar temporalmente las redes sociales, cambien su número de teléfono, empiecen una nueva cuenta con acceso solo para sus amigos cercanos, o se cambien a una plataforma que facilite el bloqueo de usuarios no deseados.

¿Me dirá la escuela de mi hija si el estudiante que estaba acosándola recibió un castigo?

No. Las leyes de privacidad impiden que las escuelas compartan cómo se disciplinó a un estudiante, hasta con la familia de la víctima. Expertos dicen que eso con frecuencia deja a los padres frustrados, pero que es mejor enfocarse en ayudar al estudiante víctima del acoso.

“Animo a los padres para que enfoquen su energía en actividades que valgan su tiempo”, Twiehaus dijo. “Tratar de combatir las leyes de privacidad … Probablemente no sea el mejor uso de su energía”.

El acoso se detuvo, pero mi hijo sigue teniendo dificultades. ¿Qué debo hacer?

Twiehaus dijo que es normal que el acoso tenga efectos a largo plazo porque con frecuencia produce mensajes internos negativos en niños que son acosados. La terapia o hasta cambiar de escuela pueden ayudar a que los estudiantes superen las dificultades después del acoso.

También anima a que los padres lleven a sus hijos a actividades que fortalezcan su autoestima o los ayuden a dominar una habilidad: jugar un nuevo deporte, aprender a tocar un instrumento musical o aprender a costurar.

Muchas familias dicen que las artes marciales ayudaron a sus hijos, Ahlborg dijo.

“Probablemente nunca las usen contra otra persona … pero es solo ese sentimiento interno de crecimiento y poder”, dijo.

Sospecho que mi hijo quizás esté acosando a otros. ¿Cuáles son las señales?

Los niños que tienen amigos que acosan a otros son susceptibles a demostrar comportamientos acosadores también, Collins dijo. Otras señales incluyen las peleas verbales o físicas frecuentes y pertenencias o dinero sin explicaciones, dijo.

Confirmé que mi hijo está acosando a otros. ¿Qué debo hacer?

Expertos dicen que es natural que los padres se molesten cuando descubren que su hijo está acosando a otros. Twiehaus dijo que los padres quizás quieran desahogarse: “¿Cómo es posible que hagas esto? ¿Por qué lo estabas haciendo? No puedo creerlo. No te enseñé esto”. Sin embargo, es importante controlar las emociones para que puedan tener una verdadera conversación.

Twiehaus también dijo que, aunque muchos padres quieren saber por qué su hijo estaba acosando a alguien, muchas personas jóvenes, aún hasta las de 16 y 17 años, no tienen la autoconciencia para explicar sus acciones.

Expertos dicen que los padres pueden trabajar con sus hijos para que entiendan el daño que causaron y desarrollen empatía y bondad.

“Los niños que practican actos de acoso, usualmente hay algo que está sucediendo en su vida que es incómodo y es una manera de reaccionar y tener poder sobre alguien más”, Ahlborg dijo.

Abordar la causa principal puede ayudar, dijo. “¿Hay algún desafío de salud mental? ¿Están teniendo problemas en la escuela o para hacer amigos? … Es muy, muy común que alguien que haya sido acosado se convierta en acosador”.

Ann Schimke es reportera senior de Chalkbeat y cubre temas relacionados con la niñez temprana y la alfabetización temprana. Para comunicarte con Ann, envíale un email a aschimke@chalkbeat.org.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

The Latest

A federal judge had rejected most of the Catholic preschools’ claims in a June ruling.

A new report finds that early elementary school students are having an especially hard time catching up to their pre-pandemic peers in math and reading. Schools may need to provide them with more intensive support.

Few candidates and low voter participation and engagement with schools can pave the way for outside groups to sway elections.

Earlier this year, NYC officials blamed the upgraded cafeterias for encouraging kids to eat more, and as a result, they cut popular foods from school menus.

But another troubling trend remains: The percentage of K-3 students reading significantly below grade level jumped up and has stayed up.

Newark schools and organizations are offering free activities and meal assistance programs for students and their families this summer.