Las escuelas católicas tienen ahora decenas de miles de estudiantes menos que antes de la pandemia, lo cual indica que estas escuelas típicamente no han sido la alternativa a las escuelas públicas para los estudiantes de todo Estados Unidos.
La matrícula en las escuelas católicas se desplomó durante el año escolar 2020-21, cuando esas escuelas vieron la más grande reducción en el estudiantado en muchas décadas. En el año escolar más reciente, las escuelas católicas experimentaron un rebote en matrícula substancial, pero incompleto.
Los defensores de la educación católica dicen que las escuelas — que han estado perdiendo estudiantado por décadas — necesitan aprovechar este año de mejora para mantener a esas familias nuevas y ganarse otras.
“Cuando veo esta información desde la perspectiva de una escuela católica, creo que es una señal de esperanza porque significa que tenemos, como líderes de escuelas católicas, el potencial para volver a aumentar la matrícula y volver a crecer desde este punto, que ha sido históricamente bajo”, dijo Kathleen Porter-Magee, superintendente de una red de escuelas católicas en la Ciudad de Nueva York y en Cleveland.
Porter-Magee es coautora de un informe publicado el jueves por la organización conservadora The Manhattan Institute, y cuyo título (optimista) es Catholic School Enrollment Boomed During Covid (Gran auge en la matrícula en escuelas católicas durante la pandemia de Covid).
De hecho, las escuelas han perdido un 2.8% de la matrícula desde que comenzó la pandemia — el mismo porcentaje que perdieron las escuelas públicas. La matrícula en las escuelas católicas se desplomó bastante en algunos estados grandes — Nueva York, California, Illinois — que también perdieron cifras significativas de estudiantado en sus escuelas públicas.
Pero, mientras las escuelas públicas a nivel nacional continuaron perdiendo estudiantado al entrar al año 2021-22, las escuelas católicas vieron su primer aumento en matrícula en dos décadas.
De todos modos, los datos demuestran que las escuelas católicas no han absorbido los estudiantes que salieron de las escuelas públicas, al menos a nivel nacional.
Efectivamente, en el año más reciente las escuelas católicas educaron casi 50,000 menos que antes de la pandemia, según la información recopilada por la National Catholic Educational Association (NCEA). Desde 2001, ese sector ha perdido casi 900,000 estudiantes.
No obstante, el aumento parcial de matrícula en los años más recientes es buena noticia para las escuelas católicas. El informe de The Manhattan Institute muestra que las escuelas católicas están mejor ahora que lo que las tendencias previas a la pandemia hubiesen pronosticado.
Algunas personas sugieren que el aumento en la matrícula de las escuelas católicas es un reflejo de las controversias de la era de COVID con respecto a la reapertura de las escuelas y el uso de mascarillas. (Según la NCEA, la gran mayoría de las escuelas católicas reabrieron para dar clases presenciales en el otoño de 2021, a diferencia de muchas escuelas públicas.)
Es posible que esa explicación sea cierta en varios lugares. El informe destaca a Arlington, Virginia, donde las escuelas han recibido más estudiantes desde la pandemia. Aun así, el hecho de que ambos sectores perdieran estudiantado hace que esos reclamos sean cuestionables a mayor escala.
Otro posible factor para los cambios en la matrícula de las escuelas católicas es las finanzas de la familia. Las escuelas católicas cobran por la matrícula, y en el verano de 2020 la economía estaba devastada y en constante cambio, lo cual puede haber llevado a algunos padres a sacar a sus hijos de las escuelas católicas. Y además, el rebote económico coincidió con el rebote en la matrícula en las escuelas católicas.
La información disponible no lleva cuenta de estudiantes individuales, y por lo tanto no puede mostrar si el aumento en matrícula era por estudiantes que provenían de las escuelas públicas o de estudiar en el hogar (homeschooling), o si eran estudiantes que estaban regresando a la escuela católica después de un año de estar fuera.
Porter-Magee ve estos cambios como una oportunidad pero no como garantía de que habrá un reavivamiento de las escuelas católicas. “¿Será esto un presagio de lo que se avecina? No estoy segura”, dijo.
Algunos investigadores han argumentado por mucho tiempo que la educación católica mejora los resultados de los estudiantes — conocido como “el efecto de la escuela católica” — pero otros estudios han cuestionado esos hallazgos.
Matt Barnum es un reportero nacional que cubre temas de políticas de educación, política e investigación. Para comunicarte con él, envíale un mensaje a mbarnum@chalkbeat.org.